Contrariamente a las declaraciones de los políticos y periodistas, que son cómplices de los asesinatos, esto no fue un “incidente aislado”, sino una explosión de la represión estatal que sistemáticamente y que de manera organizada señala a los objetivos que se resisten, los que se revuelven, los anarquistas y antiautoritarios.
Es el pico del terrorismo de Estado, que se expresa con la mejora de la función de los mecanismos represivos, su continuo armamento, el aumento de los niveles de violencia que utilizan; con la doctrina de la “tolerancia cero”; con la calumnia de la propaganda de los medios de comunicación, que penaliza a los que luchan contra la autoridad.
Son estas condiciones las que preparan el terreno para la intensificación de la represión, tratando de extraer el consentimiento social de antemano, y cargan las armas de los asesinos estatales de uniforme!
La violencia letal contra el pueblo en la vida social y la lucha de clases tiene por objeto la sumisión de todo el mundo, actuando como castigo ejemplar, destinado a difundir el miedo.
Las balas de los asesinos uniformados, las detenciones y palizas de los manifestantes, el gas químico lanzado por las fuerzas de policía, no sólo no pueden imponer el miedo y el silencio, sino que se convierten para la gente en la razón para luchar contra el terrorismo de Estado y enfrentar la lucha por la libertad, para abandonar el miedo y para encontrarnos -más y más cada día- en las calles de la revuelta.
Dejemos que fluya la rabia y les ahogue! El terrorismo de Estado no pasará!
Liberación inmediata de todos los detenidos en los sucesos del sábado y el domingo (7-8 de diciembre)!
Enviamos nuestra solidaridad a todas las personas que ocupan las universidades, las que se manifiestan y luchan contra el terrorismo de estado en todo el país!