¿En qué piensan los políticos?

jueves, 4 de marzo de 2010 en 16:57
Si alguna vez se ha tomado la molestia de hablar con alguien cercano a usted sobre política y los políticos, es fácil adivinar que no habrá tardado demasiado tiempo en escuchar expresiones como: ¡Menudos Ladrones!, ¡Caraduras!, A esos sólo les importa el dinero o sólo quieren estar en el poder para poder sacar tajada…

Más allá de la gente que participe de forma honesta en la política profesional institucional, que alguna excepción habrá…, la realidad es que “la clase política española”, ese engendro que se ha incrustado entre la clase trabajadora y su realidad social, nunca se ha mostrado en este país como pulcros administradores sino como dictadores, mangantes y chorizos de la peor calaña, de la que roba a los débiles y se aprovecha de la situación que le hemos concedido humildemente para reírse de nosotros con más o menos miramientos y/o habilidad, según el caso...

Desde hace unos meses los medios de información no paran de sacar de nuevo las vergüenzas de unos y otros: los sobornos inmobiliarios en los ayuntamientos del PSOE y la corrupción del PP en el caso Gürtel son sólo 2 gotas más en el enorme y repleto vaso que conforma la paciencia de los que vivimos en España.

Según un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas de Abril de 2008* el mayor problema que tienen las y los españoles es el paro (26,5%) seguido muy de cerca por los problemas de índole económica (25.7 %). Es decir, no sólo los trabajadores de a pie tenemos que soportar la realidad de nuestra situación económica, ya de por si dura, sino que encima tenemos que ver a diario como nuestros “democráticos políticos” se ríen de nosotros y hacen el agosto a nuestra costa, sin importarle lo más mínimo aquello en lo que confiábamos de…”Juro por mi conciencia y honor…”. En fin, de risa…

Con semejantes perspectivas y ejemplos de moral y ética “democrática” no es de extrañar que la abstención sea si no la mayor, una de las mayores fuerzas políticas de este país:

* En las últimas elecciones municipales de Madrid, en 2007, había un total de 2.445.892 personas con derecho a voto (¿Qué pasa con los mayores de 16 que pueden trabajar pero no votar? ¿Y con la población inmigrante sin nacionalidad española ni capacidad social, pero que también son trabajadores?) según el diario El Mundo*, de las cuales 875.521 decidieron hacerlo por el PP, 486.826 por el PSOE y 820.605 decidieron abstenerse. Las abstenciones son la segunda fuerza política en Madrid sin contar menores trabajadores (+16) ni población sin nacionalidad española a los que ni se les permite el voto.

* En las últimas elecciones generales, en 2008, de un total de 33.884.025 personas con derecho a voto legal, según el diario El País*, 11.064.524 decidieron hacerlo por el PSOE, 10.169.963 por el PP y 8.369.354 decidieron abstenerse. Si a ésta última gran masa política le sumamos los mayores de 16 años (considerados población activa, con capacidad para trabajar) y los más de 5 millones de inmigrantes sin nacionalidad española que trabajan en nuestro país nos sorprenderemos al encontrarnos con que la gran masa de descontentos, hastiados, quemados, pasotas, antisistema, esclavos sin derechos y demás ciudadanos de segunda casi alcanzamos los 14 millones de personas.

¡¡Lo que sitúa en cabeza del estado, por número de voces, a la fuerza política de los desheredados!!

Para ser fieles a la realidad, todos sabemos que una muy importante parte de los que sí deciden votar lo hacen a unos u a otros sin tener muy claro cual es la diferencia, es decir en este país una gran porción de votantes se decide por unos u otros teniendo en cuenta: razones sentimentales de la guerra civil, intereses económicos personales o lo hace como un forofo acérrimo de un equipo de fútbol, sin plantearse nada más…es decir, otros cuantos millones más a los que en el fondo les da igual, pero se dejan llevar ingenuamente por la única alternativa planteable.

Muchos no votamos por simple descrédito, descuido o pasotismo.

Otros en cambio no lo hacemos porque estamos convencidos de que votar cada 4 años y quedarse en casa el resto del tiempo mirando por televisión como nos toman por tontos no sirve para nada.

Creemos en la capacidad política de los pobres y de los trabajadores y usamos la abstención como instrumento de castigo a un sistema pseudo-democrático en el que evidentemente no todos valemos igual. La usamos como símbolo político de respuesta a los aires que se gastan nuestros políticos y como rechazo a la única alternativa de hacer política que se nos permite tener desde las instituciones.

Creemos en la capacidad política diaria de los trabajadores unidos en los centros de trabajo y de estudio o en los barrios. Creemos en la huelga, en la manifestación, en la agitación, en la dignidad, en el orgullo de clase y en la autoorganización entre iguales como forma de expresión política de los pobres, porque la experiencia nos está demostrando que PP, PSOE o IU son distintas caras de un único partido extremadamente injusto, el del capitalismo.

Banqueros y grandes empresarios crean crisis económicas, hambrunas, enfermedades y guerras a nivel mundial en su propio beneficio y sin ningún escrúpulo.

Mercadean con drogas, armas y sexo (los tres mayores negocios del mundo) y usan los medios de comunicación (que también les pertenecen) para vendernos la imagen del mundo que más les interesa en cada momento.

Por supuesto también manejan partidos políticos y corrientes de opinión pública como quién maneja marionetas dispuestas siempre a interpretar el papel que toque en cada ocasión.

Es por eso que todos los partidos políticos que este sistema admite como válidos parecen lo mismo, porque todos obedecen las órdenes del único amo. Es por eso que la abstención y el descontento crece, crece y crece…

Pero quizá uno de sus mayores éxitos haya sido ganarnos la partida antes de ni siquiera atrevernos a jugarla, porque precisamente, sólo cuando nos hicieron sentir que está todo perdido y que no vale la pena luchar fue cuando nos derrotaron definitivamente.

¿Dónde quedó el antiguo espíritu luchador y de izquierdas de Villaverde y de todo Madrid?

¿Dónde están las luchas sindicales de Marconi, Standard o Aristain ?

¿Acaso a través de sus medios de desinformación y su violencia legalizada están consiguiendo que los trabajadores interioricemos y defendamos el discurso de los patrones? ¿Están consiguiendo que no luchemos? ¿Qué les espera a las próximas generaciones si nosotros escondemos la cabeza bajo tierra…?

Sólo nosotros mismos con nuestra capacidad de organización seremos capaces de encargarnos de nuestras propias necesidades, porque la experiencia nos ha demostrado que este sistema sólo beneficia realmente a una mínima parte de la población.

Estamos muy cansados de aguantar a unos políticos encorbatados, viviendo la realidad de su burbuja y su despacho y esparciendo un discurso plano, vacío y carente de realidad y de respeto a la inteligencia de los que somos gobernados, porque se lo permitimos...

Pues bien, no conseguiremos darle la vuelta a la situación hasta que seamos nosotros mismos y de forma diaria quienes tomemos partido en la política del barrio y del trabajo interfiriendo directamente en nuestras vidas.

En este país la gente honrada debemos dejar de estar callados…

Extraído de: Asamblea Antifascista de Villaverde
http://www.antifavillaverde.blogspot.com/