Nos acercamos a una de las fechas señaladas en el calendario del movimiento, el 8 de Marzo. Una vez más recordaremos su por qué, el origen y desarrollo del patriarcado, las luchas frente a él y su evolución histórica, pero no podemos quedarnos en eso. Conocida la teoría, debemos pasar a la práctica y perfeccionarla en ella.
No entendemos como logros los avances del machismo ni el feminismo burgueses. La mujer ha conseguido entrar en la vida / explotación laboral, cobrando aún en muchos casos un 20 % menos que un hombre realizando el mismo trabajo; la mujer que decide abortar, no tiene suficiente con enfrentarse a una de las situaciones más dolorosas posibles, además es estigmatizada, incluida en una lista de asesinas, insultada y humillada desde los medios, todo por un “módico” precio; la solución a la prostitución se tambalea entre las multas y la legalización; sin olvidar la medida “revolucionaria” de nuestro gobierno “socialista”: la Ley de paridad, basada en la estúpida creencia de que vale más la cantidad que la calidad, de que un número igual de hombres y mujeres en los ministerios los convierte en equivalentes, ignorando que la constante de la opresión sobre la mujer es la aceptación cultural y social hacia su inferioridad, los abusos y discriminaciones habituales, las obligaciones femeninas y maternales de belleza y eterna dedicación a los hombres de su entorno…
Ahora bien, poniéndonos serios/as, si la situación que vivimos es de una opresión y explotación absoluta, ¿por qué no nos movemos? ¿Estamos esperando a que nos den las cosas hechas? Sabemos que esto no va a ser así, que somos nosotras/os quienes tenemos que salir a la calle y luchar porque sabemos cual es la verdadera raíz del problema. Conociendo la opresión de la mujer como consecuencia directa del sistema social de explotación, ligada a la aparición de la propiedad privada y de las clases; para solucionar esta contradicción, para conseguir su verdadera y total emancipación no existe más camino que la Revolución, donde la mujer pueda alcanzar la igualdad con los demás miembros de una sociedad en donde ha sido eliminada la explotación del hombre por el hombre.
A menudo vemos como se simplifica el tema de la emancipación de la mujer, reduciéndolo a la simple cuestión de alcanzar la igualdad jurídica sobre el papel y la independencia económica. La abolición de la propiedad privada sobre los medios de producción y la incorporación de la mujer al trabajo son condiciones indispensables para su emancipación, pero no la determinan por sí solas. No habrá ni igualdad ni independencia real si junto a esa base primordial no se cumplen factores tales como la socialización del trabajo doméstico; la eliminación de la división del trabajo entre sexos; la transformación revolucionaria de la familia, del concepto de la maternidad, de la educación de los hijos, de las relaciones entre compañeras/os… Todo esto implica la participación activa de obreros y obreras en la transformación de la sociedad, y al mismo tiempo, la evolución dentro de cada uno/a, combatiendo y erradicando la ideología propagada durante siglos en torno a la inferioridad y a las cualidades innatas al sexo.
Esperamos veros estas jornadas, donde repasaremos y debatiremos la teoría, pero sólo para organizar la práctica y volver a vernos en las calles. Vienen tiempos difíciles, pero a su vez idóneos para llevar a cabo esa transformación social, el capitalismo se derrumba pero no lo hará si nosotras/os no lo forzamos.
¡Ahora más que nunca, unidad y fuerza!
¡Organízate y lucha, practica la acción directa!
Jornadas Antisexistas 2010
jueves, 4 de marzo de 2010
en
6:48
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BAF MADRID
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